Un ejemplo de la riqueza del idioma Español son sus idiomas y dialectos.
El Murciano (dialecto del Español) y el Panocho (habla de la huerta murciana) no son reconocidos como lenguas oficiales en el estado español debido a que carecen de un reglado sintáctico propio. Sin embargo, en la Región de Murcia y algunas localidades de Almería, Jaén, Alicante, Granada y Albacete, hacen uso de un vocabulario característico y único (especialmente en territorios rurales y en la huerta) que se recogen como fuente de consulta, curiosidad y legado cultural-histórico en esta dirección: http://www.saberespractico.com/curiosidades/diccionario-murciano-espanol-por-orden-alfabetico/
De hecho es que el idioma Panocho nos ofrece un par de acepciones de una simple palabra: 'Paparajote' que dan pie a esta historia.
La primera, gastronómica por excelencia y frecuentemente utilizada en la Región de Murcia sobre todo en sus barracas en las Fiestas de Primavera.
Los paparajotes son un postre típico de la huerta Murciana hecho con hojas de limonero recubiertas con una masa hecha básicamente con harina y huevo que se fríe y se espolvorea con azúcar en polvo y un poquico de canela.
Este plato, lo elaboraban en las casas de la huerta (hoy en las barracas o el lugar de encuentro gastronómico durante la festera primaveral después de Semana Santa en la capital Murciana), lo comían después de cada comida, acompañándolo con café de la olla (café aromatizado con canela en rama y cortezas de limón), cocinado todo con leña. Sus principales ingredientes son: harina, huevo, leche y hojas de limonero.
Si pasas la semana de fiestas de primavera sin haber probado el paparajote y encima lo cuentas, te tomarán por tonto.
Si pasas la semana de fiestas de primavera sin haber probado el paparajote y encima lo cuentas, te tomarán por tonto.
ELOGIO DEL PAPARAJOTE
Estando las barracas de bote en bote
nadie se va sin pedir paparajote;
De acuerdo en que es postre con gran tradición
pero fuera no entienden tal devoción
nadie se va sin pedir paparajote;
De acuerdo en que es postre con gran tradición
pero fuera no entienden tal devoción
“Todiós” que en primavera mueve el bigote
paparajote pide de colación;
algún guiri come la hoja del limón
por ignorancia, no por darse el pegote
paparajote pide de colación;
algún guiri come la hoja del limón
por ignorancia, no por darse el pegote
Paparajote es palabra que se aplica
a trastorno pequeño, más que mareo
y leve achaque que no deja gran huella
a trastorno pequeño, más que mareo
y leve achaque que no deja gran huella
Pero aquí es placer para la huertanica:
Lo dice el que lo prueba y con él yo creo
que es el paparajote nuestro postre estrella
Lo dice el que lo prueba y con él yo creo
que es el paparajote nuestro postre estrella
(Copia de un blog del diario Murciano La Verdad)
"El Paparajote es -como alguien dijo- un postre tradicional y equívoco. Una hoja de limón intermediando entre la suculenta masa con una confusa función. Y aclaro la confusión...cierto es que todo el que entra en una barraca no ha nacido necesariamente en nuestra tierra ni tiene por qué conocer sus costumbres y ritos, pues es leyenda urbana o alguna vez ocurrió que, casi siempre un guiri, lo que hizo fue comerse las hojas de limón y desechar el resto del añadido, considerándolo poco menos que un adorno. Y además diciendo luego, mucho rico..." Diario La Verdad, 12 mayo 2014
Dicho esto, la lingüística nos lleva a la otra, también común, acepción de la palabra “Paparajote” que el diccionario Panocho define como trastorno (o trastornino) físico momentáneo, angustia o mareo...que es la versión que nos incumbe y nos lleva de cabeza al personal que trabajamos en servicios de urgencias.
Imaginad llega un aviso del 112, plaza de la Universidad -centro de Murcia-,para que acudamos con la ambulancia en plenas fiestas, calles y bares a reventar de gente; a una barraca en la que hay una mujer...87 años...a la que -según refieren en la llamada-: estando tomando el postre le ha dado un 'Paparajote'...pero ¿con café o sin café? -preguntamos socarronamente al operador- .....con café de olla por supuesto -contestó el entrenado telefonista-.
Ya en la barraca, pudimos comprobar que había sido un pequeño mareo asociado a una hipotensión sestera (en las horas de siesta) por golpe de calor y falta de hacer la digestión de un plato de cebada, unas morcillas, longaniza, tocinicos y chorizo que se había metido entre pecho y espalda, la buena señora, todo regado con un buen caldo Jumillano con gaseosa...un trastornino rápidamente resuelto con un trago de ese café de olla adornado con anís que quita el sentido y lo cura todo. De hecho, la señora salió a despedirnos brazos en jarra, mandándonos besos e invitándonos a volver a comer en cuanto acabásemos el turno, que nos guardaba unos paparajotes y unos 'matasuegras' con mustela o con café de olla.
Maravillas del estilismo y la idiosincrasia del Panocho y del Murciano.
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