Toallas preparadas, sombrilla, cubos, palas y rastrillos,neveras y con los primeros calores el personal ya empieza a ponerse ligero de ropa (algo que a todos nos agrada), a refrescarse en la playita y aunque parezca mentira...unos cuantos a torrarse y achicharrase al sol.
La sombrilla que parecía el refugio perfecto tampoco era suficiente para parar la furia solar...lo cierto es que a los niños era muy difícil mantenernos quietos bajo la sombrilla, aunque en aquella época lo difícil era no estar bajo una sombra, los parasoles poblaban la playa como champiñones y hacinados en unos pocos metros disfrutábamos como hormigas en hormiguero.

Cada día pasábamos horas y horas en la orilla del Mar Menor jugando, remojandonos y corriendo.
Haciamos todo tipo de castillos y fortalezas con túneles que ya habria querido tener Edmundo Dantes, conde de Montecristo (Alejandro Dumas)para escapar de prisión; pelicula que estaba de moda por aquellos tiempos y que tuvo un final asombroso, un desenlace de esos que te marcan cuando a Dantes,el protagonista de la novela, se le ocurre ocupar el lugar del cadáver de Faria, llevando el
verdadero cadáver a la otra celda. Los carceleros, en lugar de enterrar
el cuerpo como él suponía, le atan una pesada bala y lo lanzan al mar
por un barranco cercano.
Y al caer el sol emprendiamos la vuelta a casa con el cuerpo salado, con un prurito que auguraba una noche movidita y con el corte del bañador como trofeo veraniego que mostrabas al vecino/a.
Un corte que desvelava el modelo de bañador usado y la longuitud de la pata.
Ese corte que ninguna de tus vecinas tenía, y aunque iban a la playa parece ser que no era la misma playa que tu frecuentabas.Con el tiempo descubrí el ansiado secreto en una playa cerca de La Manga.
Confieso que siempre me gustó la'coña' cuando pasaba y comentaban: ¡ahi va! como un polo de fresa y nata.
La sombrilla que parecía el refugio perfecto tampoco era suficiente para parar la furia solar...lo cierto es que a los niños era muy difícil mantenernos quietos bajo la sombrilla, aunque en aquella época lo difícil era no estar bajo una sombra, los parasoles poblaban la playa como champiñones y hacinados en unos pocos metros disfrutábamos como hormigas en hormiguero.
Cada día pasábamos horas y horas en la orilla del Mar Menor jugando, remojandonos y corriendo.

Un corte que desvelava el modelo de bañador usado y la longuitud de la pata.
Ese corte que ninguna de tus vecinas tenía, y aunque iban a la playa parece ser que no era la misma playa que tu frecuentabas.Con el tiempo descubrí el ansiado secreto en una playa cerca de La Manga.
Confieso que siempre me gustó la'coña' cuando pasaba y comentaban: ¡ahi va! como un polo de fresa y nata.
La verdad debo reconocer que yo fuí de los inconscientes que de pequeño pasaba al menos dos o tres siestas al fresco en mi patio con olorosos paños de vinagre en la espalda y las piernas eritematosas para aliviar las fuertes quemaduras solares que me había ganado a pulso.
Creo que ese olor no se nos va a olvidar en la vida.Ni el dolor.
Además cada vez que pongo vinagre en una ensalada un recuerdo recurrente aflora en mi y aparezco en casa de mis padres con los paños refrescandome.
Mi madre, muy paciente ella, cambiaba el paño avinagrado cada 15 minutos, después de recordarme cada vez que tenía que llevar cuidado y no estar tanto tiempo al sol por si me daba un 'ojo de sol' (insolación).

El tema despelleje también me gustaba a mi aunque por la espalda no podia y a veces intentaba quemarme la barriga para quitarmelos yo.
Y si la pelecha en algún momento generaba conflicto entre despellejadores se resolvía rápidamente con un: 'mi piel es mía'.
Y padre cuando entraba por la puerta y me veía solo decía: pero...¿otra vez?.
Tampoco había tanta preocupación por el daño solar ni se conocían las consecuencias. Salías por el atrio de tu casa blanco albino y volvias por la puerta del patio tostado vuelta y vuelta.
De hecho un bote de protector te duraba varios veranos, cuando de un año para otro dicen que la crema ha perdido toda su efectividad (que van a decir si quieren vender).
Hoy en pleno siglo XXI, año 2015 y pese a todas las campañas de prevención en marcha desde el mes de marzo, aún siguen llegando a la puerta de urgencias personas que haciendo oídos sordos a los mensajes de las campañas preventivas,van como auténticas gambas a pique de darles un 'algo'.
Este año en cada guardia estoy viendo mínimo dos casos y no me fascina tanto ni me agrada que les haga tanta gracia como me hacia a mi.
Hoy digo con tristeza que debo ponerme camiseta algunos dias para bañarme pues mi credito solar estará casi en los límites sino esta ya fuera de ellos.
Acuden también numerosas personas con raras "alergias al sol".
Algo pasa cuando no somos capaces de seguir las recomendaciones. Aún se sigue embadurnando el personal en aceites para broncearse sin protector y otros son incapaces de esperar los 30 minutos de rigor a que el protector haga su película antes de pegarse un chapuzón.
Igual no soy el más indicado, pero es de ley avisar y/o prevenir.
Entre las creencias falsas más comunes sobre los efectos de la radiación solar están las siguientes, recogidas, en su mayoría, por la Universidad de la Rioja en su página web:
"El sol no es más peligroso ahora que en tiempos de nuestros abuelos".
Falso: la capa de ozono estratosférico está disminuyendo como consecuencia de ciertas actividades humanas y, por tanto, está aumentando la cantidad de radiación UV que llega a la superficie terrestre. "El sol en invierno y primavera no es peligroso".
Falso: hay que tomar precauciones en todas las estaciones del año, porque la cantidad de radiación UV recibida depende también de otros factores, como la latitud, la altitud, la reflexión desde el suelo (o el agua, o la nieve), etc.
"Nunca te quemarás en un día cubierto".
Falso: aunque las nubes atenúan la radiación UV, no la bloquean por completo, y la radiación difusa es suficientemente intensa como para quemarte, a no ser que las nubes estén muy bajas o sean muy gruesas.
"Nunca te quemarás mientras estás en el agua".
Falso: el agua atenúa la radiación UV, pero te puedes quemar incluso dentro de ella.
"El bronceado te protege completamente de las quemaduras por el sol".
Falso: el bronceado es una reacción de la piel a la exposición a la radiación UV, y sólo protege parcialmente.
"Si no siento calor cuando estoy al sol, no me quemaré".
Falso: la radiación UV no se siente porque es absorbida por las capas más externas de la piel. La sensación de calor procede de la radiación infrarroja, no de la UV.
"Es necesario estar al sol mucho tiempo para poder sintetizar la vitamina D".
Falso: el tiempo de exposición necesario para la producción de vitamina D es tan corto, que es suficiente con la radiación UV recibida durante nuestras actividades diarias al aire libre.
"Las cremas solares protegen durante tiempo indefinido".
Falso: las cremas solares protegen, pero su eficacia decrece después de la aplicación. No se debe estar al sol más tiempo del indicado por el FPS.
"Las sombrillas protegen totalmente de los peligros del sol".
Falso: la tela de la sombrilla no es un filtro UV. Bajo la sombrilla se mantiene un 35% de la radiación solar, y se puede generar el efecto contrario al deseado, al hacer más prolongada la exposición.
Algunos consejos:
El tiempo
Lo más importante es evitar las horas de mayor incidencia solar, es decir, entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde. Además, las primeras exposiciones al sol deben ser progresivas, en periodos de 10, 15 y 20 minutos, y preferiblemente en movimiento.
No es recomendable más de media hora al día de exposición directa.
Puede ser útil recordar que cuanto más cortas son las sombras (porque el sol está más alto), más peligroso es el sol.
Cómo y cuándo aplicar la crema protectora
Antes de tomar el sol se debe evitar el uso de productos que contengan alcohol y perfumes, como colonias o desodorantes, ya que pueden dar lugar a manchas oscuras en la piel. Además, la piel debe estar correctamente hidratada, limpia y sin maquillaje. Las cremas protectoras deben aplicarse unos 30 minutos antes de la exposición solar, que es el tiempo que tarda la piel en absorberlas, y se debe repetir la aplicación siempre después de un baño o de una excesiva sudoración. Según la encuesta Avène Hábitos Solares 2014, el 98% de la población española usa protección solar, pero una gran parte desconoce cómo hacerlo correctamente: el 30% no se renueva de forma adecuada la protección, y solo un 5% declara ponerse mucha cantidad de crema. Es preferible no exponerse al sol con el pelo mojado o húmedo, ya que los rayos ultravioletas hacen más daño al cabello cuando éste no está seco, y es aconsejable hidratar la piel convenientemente después de tomar el sol, mediante una ducha y la aplicación de crema hidratante.
Artículos de prensa:


Quemarse 5 o más veces tomando el sol aumenta en un 80% las posibilidades de aparición del melanoma.
Más del 90% de las quemaduras provocadas por el sol se producen en los primeros 20 años de vida, y, según una nueva investigación publicada en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention (CEBP) con cinco o más quemaduras solares severas a esta edad, es suficiente para aumentar el riesgo de melanoma en un 80% en los años posteriores.
El estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud y el Hospital Brigham and Womens de Boston (EEUU), analizó los datos de 108.916 mujeres blancas, ya que el melanoma es 20 veces más común en personas de raza blanca que entre los afroamericanos. Los datos habían tenido un seguimiento de 20 años, en los que aparecían un cuestionario, antecedentes familiares de cáncer de piel, entre otros datos interesantes.
Los participantes del estudio se realizaron pruebas cutáneas cada dos años durante los veinte que duró el seguimiento total.
El examen de los datos reveló que las personas que habían sufrido quemaduras solares graves entre los 15 y los 20 años de edad tenían un mayor riesgo de sufrir cualquier tipo de cáncer de piel. Concretamente, un 80% para el melanoma y un 68% para el carcinoma de células basales y escamosas.
“Nuestros resultados sugieren que las exposiciones al sol, tanto en la vida temprana como en la edad adulta fueron predictivas de los cánceres de piel, mientras que el riesgo de melanoma se asocia principalmente con la exposición al sol en los primeros años de vida en una cohorte de personas jóvenes”, afirma Abrar A. Qureshi, coautor del estudio.