Hay un deporte que todos los que pertenecemos al mundo sanitario gustamos de practicar: el cambio de turno.
Un cambio de turno o varios supone tener más días libres -metáfora: aunque tengas que cagar las plumas después de comerte la gallina-. Días libres que en ocasiones apovechas para involuntariamente ponerte en un estado febril que impide el disfrute de ese preciado tesoro conseguido. Además siempre que libramos el resto del mundo está trabajando, con lo cual tampoco coincides con quien quisieras.
Un cambio conlleva una búsqueda de una víctima adecuada en la planilla de trabajo, alguien que no pueda decir que no y a quien puedas ofrecer un trato que debes vender como espectacular. Cuando descartas a los compañeros que van en el turno de antes y a los que van por detrás, siempre parece que los que quedan van a estar irascibles y a la defensiva...pero te la juegas preparas tu estrategia y das rienda suelta a tus precarios conocientos de marketing. Con una mínima formación en marketing y publicidad estoy seguro que los cambios nos los quitarían de las manos.
El guardmecum existe de verdad...jajajajaja.
El guardmecum existe de verdad...jajajajaja.
Elegida la presa haces una llamada como si tal, como preguntando como le va la vida aunque no te haya importado nunca ni importe que pasa en su vida -motivo que invita a preguntar esas cosas a menudo para que no se pongan a la defensiva a las primeras de cambio-, cuando encima tienes prisa por si tienes que llamar a otro le cortas antes de que te cuente su película y le 'espetas': por cierto has mirado el turno (como si no lo hiciésemos 278 veces en cada guardia) ¿como te vendría cambiarme el sabado por tu miércoles?. Error, si le viniese bien ya te habría llamado él a ti.
A veces no se piensa que intentar vender un turno cerrado (cambio este por el otro) no mola...porque tienes más posibilidades de cambio si lo haces diciendo me lo haces y yo te lo devuelvo cuando te venga bien a ti.
Hay una lectura en este último cambio propuesto, el que esta al otro lado del teléfono que quería contarte su triste vida y al que drásticamente has cortado estaba intentando decirte que los sabados son el único día semanal para salir con sus amigos no sanitarios.Con lo cual...llamada nula.
Si has hecho seis llamadas y tras escuchar lo que para ti suena a excusa: tengo que quedarme con los niños porque mi mujer se va con las amigas, tengo al perro con faringitis y con un fíebron del quince, para irte tu de fiesta me voy yo, te acuerdas que aun me debes dos guardias, viene mi prima de san fernando y la tengo que recoger...así como si no pudiese ir un ratito a pie y otro andando...y mil excusas con agravantes...y solo te quedan tres. Pobres tres. En las siguientes llamadas hay un cambio de actitud a la desesperada. Siendo el último con el que más agresivo-asertivo nos ponemos diciéndole a viva voz: ¡¡pues que sepas que a mi ya no me llames más para ninguna cosa en tu vida, ni ningún tipo de cambio!!!...falta decirle: que ya no te 'ajunto' y me has arruinado la vida....saliendo de rositas los otros nueve.
Por eso cuando te llaman para un cambio antes que nada se pregunta...y ¿has probado a pedírselo a alguien más?
Luego están los que solo cambian por te van a pedir otro cambio peor, al que debes acceder si quieres conseguir tu objetivo.
En la Universidad y sus curriculum adaptados al trabajo y a la práctica, solo falta una asignatura en la que te enseñen las partes de las planillas de trabajo y como se hace un buen cambio o un cambio chunga. Los más fáciles de convencer siempre son ellos...los pardillicos, los recién salidos de la última hornada de la pública o de la privada. Son presa súper fácil, además como vienen de pegarse una fiesta tras otra en la Uni vienen sin problemas domingos y festivos, se dejan y tu les prometes el oro y el moro y les enseñas esos viejos truquillos para moverse por el centro de trabajo (trucos de los que siempre estaré infinitamente agradecido).
Cuando no hay ninguna posibilidad y como decía el gran enfermero Manolo Vilas 'la guardia se te ha infectado' solo te queda ir como la Zarzamora llora que llora por los rincones a ver si un alma caritativa se apiada de ti.
Es entonces cuando tu supervisor te dice: Neeeene, tómatelo de asuntos propios que aun te quedan dos!!!
Ostras, claro...el último cartucho, casi se me habían olvidado los asuntos propios.
Entonces te pides el día, te enteras que ha sido la mejor guardia del año, que han traído un banquete y lo han podido disfrutar y para mas INRI toda la gente con la que habías quedado para salir se ha borrado del chat del wasap a ultima hora y no va a salir por diversos motivos.
Juras y Perjuras que nunca más vas a cambiar tu turno...hasta la próxima llamada claro.
jajaja muy bueno!
ResponderEliminar¡Genial! ;)
ResponderEliminarGracias Cristian y Estefania, seguro que os ha pasado algo parecido alguna vez....jajajaja
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