Está comprobado que los ritmos circadianos son importantes no solo para determinar los patrones de sueño y alimentación de los seres humanos y animales, sino también para la actividad de todos los ejes hormonales, la regeneración celular, y la actividad cerebral, entre otras funciones.
Todo o casi todo lo tenía a favor...cerré las persianas y apague la luz; me coloqué en decúbito supino (acostao) y zas! en ese momento se me abrieron los ojos como platos, pero como platos soperos esperando al cucharón. Y pensé: igual pasó el tren de la melatonina y no se ha bajado nadie....voy a leer algo a ver si se juntaran las letras con ese efecto de nana para bebés de algunos libros y a pierna suelta pudiese descansar...encendí la luz y en mi mesilla de noche inexplicablemente solo encontré una revista científica con un artículo sobre los ritmos circadianos:
Dice la literatura científica que:
La alteración en la secuencia u orden de estos ritmos tiene un efecto negativo a corto plazo: Fatiga, desorientación e insomnio. Además de algunos desórdenes psiquiátricos y neurológicos.
La alteración de los ritmos circadianos a largo plazo tendría consecuencias adversas en múltiples sistemas, particularmente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Un 20% de los trabajadores cuyos horarios son extraordinarios se duermen en el trabajo, y muchos dormitan por ratos, cuando el cerebro entra en periodos de “microsueños”.
Estos trabajadores casi siempre tienen un déficit de sueño pues duermen de 5 a7 horas menos a la semana que quienes trabajan de día.
Si usted trabaja de noche, le puede ser difícil dormir de día. Puede estar malhumorado e irritable, tener problemas gástricos y hasta depresión
Esta enriquecedora lectura me afectó tanto que me dejo como al Quijote: velando armas.
Es en este punto y sin poder pegar ojo es cuando llega el momento de las preguntas sin respuesta ¿y si no me despierto mañana a mi hora? ¿Por me mira con esa cara la oveja ochenta y cinco? ¿Cuántos disco vendió Kaka de luxe más de cinco?....si, si y cinco (sin rima)...las cinco y cinco marcadas en el techo de mi habitación ...'ambiguas horas que mezclan al borracho y al madrugador' ...y me va a sonar el trasto a las siete menos cuarto.
Por no querer ser borracho ni darme a rutas de alcohol, a las seis decidí cansado y malhumorado ser madrugador y sumar al pasado otra noche sin valium ni Morfeo, sin poder contarle a mi almohada lo que en mis sueños veo, sin perderme en oníricos parajes para volver descansado al lecho...otra noche sin sueño. A la ducha, redbull y al trabajo campeón.
Sabina, si pudiera no dudes que lo haría, dormiría y dormiría sin despertar ni uno solo de tus 19 días y 500 noches.
Reflexión: Con el paso del tiempo he comprobado que hay muchos compañeros y amigos que han trabajado años en turnos de noche y tienen problemas para conciliar el sueño. A todos ellos este cuento para que nadie se olvide de lo duro que es estar en vela.
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