Leido hoy viernes 20 de marzo de 2015 en el diario La Verdad de Murcia.
Las agresiones al personal sanitario se dispararon en 2014 en la Región, según se desprende de los datos recogidos por el Servicio Murciano de Salud (SMS). 300 profesionales, 40 más que el año anterior (lo que representa un aumento del 15%), notificaron a la Dirección General de Recursos Humanos diversos incidentes: desde insultos y gritos a amenazas y agresiones físicas. Dos tercios de las víctimas fueron mujeres. En concreto, 199 frente a 101 hombres. La mayoría de agresores, sin embargo, son varones, aunque «se ha detectado un leve aumento de mujeres agresoras respecto al año 2013», advierte Gloria María Álvarez, directora de Recursos Humanos del SMS.
El 26% de las víctimas soportaron gritos, y el 24,15% amenazas verbales. En un 24,1% de los casos se produjeron insultos. Solo 16 sanitarios, el 5,3% del total, sufrieron violencia física, según los datos del SMS. Los médicos son los sanitarios más afectados: representan el 44% de las víctimas en los centros de salud y el 43% en los hospitales. Los enfermeros sufren, por su parte, el 27% de los ataques físicos y verbales en los centros hospitalarios, y los auxiliares de Enfermería el 18,6%. El personal de Administración tampoco está libre de la agresividad y la violencia: son los trabajadores que más incidentes notifican en los centros de salud después de los médicos.
INDIGNADO. Ante todo que quede clara mi posición: Tolerancia cero incluso petición de atención por otro compañero ante el que actúe de forma agresiva contra cualquier profesional que esté realizando su trabajo ordinario. Lo que nos cuenta el diario es sin duda alguna una de las noticias más tristes que hoy en día puedo escribir en mi blog. Creo que ni esta profesión ni ninguna merece noticias de este tipo. 
Los profesionales del mundo sanitario afortunada o desafortunadamente estamos muy cerca de situaciones limites, estamos expuestos a tensiones de por sí graves y de difícil gestión y resolución en algunos casos, que además se agravan y se multiplican cuando intervienen personas o familiares que a veces con su actitud entorpecen las buenas actuaciones del equipo sanitario. 
Son muchas las veces que he tenido que intermediar en conflictos entre compañeros y familiares cuando estaba de supervisor en el Hospital, algunas consegui resolverlas favorablemente para todos y otras acabaron en forma de reclamación con toda la razón del mundo.
Dice el refrán que cuando uno no quiere dos no se pelean, pero hay veces que estamos tan expuestos a gritos culpabilizantes, maltratos verbales o físicos y malas formas que presionan al trabajador que a pesar de todo tiene que seguir desarrollando su actividad hasta terminar el turno. Es muy difícil gestionar nuestras emociones en esos casos. 
La inteligencia emocional y los recursos extra que aporta aplicados en estos casos ayuda a determinar que estamos sintiendo en ese momento crítico (actuando con asertividad), a interpretar y reconocer que está sintiendo nuestro interlocutor (empatizando con él) y a buscar una forma positiva de comunicarnos que evite el conflicto controlando la impulsividad (mediante escucha activa y acciones satisfactorias para ambos).
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